SEMANA POR LA PAZ, LA JUSTICIA, LOS DERECHOS Y LA CONVIVENCIA ESCOLAR
La convivencia escolar se puede entender como la acción de
vivir en compañía de otras personas en el contexto escolar y de manera pacífica
y armónica.
Se refiere al conjunto de relaciones que ocurren entre las personas
que hacen parte de la comunidad educativa, el cual debe enfocarse en el logro
de los objetivos.
MANUAL DE CONVIVENCIA- OBJETIVOS
Promover, garantizar y defender los Derechos Humanos.
Establecer normas paras las funciones, deberes, comportamientos
y actitudes pactados por la comunidad educativa entre sí y con el entorno
escolar, de manera tal que se garantice el ejercicio de los derechos de todas
las personas que la conforman.
Fortalecer procesos en torno a las medidas pedagógicas y alternativas
de solución para las situaciones que afectan la convivencia escolar.
RUTA DE ATENCIÓN INTEGRAL PARA LA CONVIVENCIA ESCOLAR
Esta ruta busca, entre otros
objetivos, responder a las necesidades de la escuela de fortalecer las acciones
que ya desarrollan para mejorar la convivencia y el ejercicio de los DDHH y
DHSR; aclarar qué situaciones debe atender en el marco de sus
responsabilidades, y cuáles le corresponde atender a otros sectores, como la
salud. Lo anterior con el ánimo de reflexionar sobre la importancia de realizar
procesos de seguimiento a las situaciones que afectan la convivencia.
Este es un pequeño
espacio en el que buscamos no solo recordar y traer a la memoria un episodio
vergonzoso en la historia de nuestra patria, un episodio más de los tantos que
suceden y son olvidados en la conciencia de una sociedad que parece ajena a una
realidad, una sociedad que cambia lagrimas por goles, corazones quebrantados
por realities deshumanizados, una sociedad colombiana que en su gran mayoría parece
que nos acostumbramos a tener que vivir en una tierra en donde ya no brota el maíz,
sino la sangre.
Que le sucedió a
este pueblo que no callaba, que le sucedió a este pueblo que se revelaba, que
hoy no tiene conciencia colectiva, acaso nos arrancaron el corazón, acaso un
sistema operativo cambio nuestra humanidad; me niego a creerlo, porque aún se y
confió en que afuera todavía permanece el espíritu del colombiano que siente vergüenza,
que le duele la patria, jóvenes que miran de frente a la injusticia y gritan
con todas sus fuerzas ¡NO OLVIDAREMOS!
Lic. Ivan Cruz.
Falso positivo (su voz)
Te asomaste a la puerta y me llamaste,
Dijiste mi nombre con un poco de
rabia,
Ya era tarde.
Le dijiste a mis hermanos que salieran
a buscarme :
Sabían mis escondrijos, mis rutinas,
Estabas enfadada viendo cómo el miedo
germinaba
en el plato frío cubierto por la
noche.
Sabías que lo propio de los hijos es
volver…
Dentro de un rato, al alba, después de
mediodía,
Las plantas nunca pierden sus raíces,
a no ser que las arranquen,
Los ríos abandonan su cauce, jamás sus
manantiales,
Una madre cuando dice adiós siempre
está a la espera.
Por dentro iban creciendo las hojas de
la angustia,
Ya no era tarde ni medianoche ni día
siguiente.
Había que salir, llamarme, andar por
la ciudad,
Dejar el plato enfriándose en la mesa,
Las manos crispadas en tu vientre y
preguntar…
preguntarle a la mentira, al formulario
blanco del silencio.
Ya no era tiempo, madre, de buscarme
entre los vivos,
De andar por la ciudad llamándome,
Colgando en tu árbol del temor mi
nombre
Como si eso que ahora soy fuera tu
hijo.
Incluso entre los muertos tuviste que
buscar a otro,
Y otro te dijeron que yo era. ¡Qué
pena, madre,
Este disfraz ! no me lo puse yo, me lo
pusieron.
Mírame bien, quítame el lodo, que los
vea yo desde la muerte.
Andaba yo con mi verdugo, ¡cómo
saberlo !
Llegó con su uniforme hasta la casa,
salí sin despedirme,
¡perdóname madre ! sin saber salí, ya
con la cruz grabada en la frente ;
me llevaron lejos, me fui creyendo que
miraba los paisajes de mi país
y los paisajes me miraban pasar –será
la costumbre-
sin distinguirme de los muertos. No
les creas, madre,
borra este número que ves, que va
creciendo en su libro de medallas ;
pon mi cara sucia en tu regazo ¡qué
pena madre ! y di mi nombre,
Mi nombre de verdad que no tenemos más
para vencer este pelotón de sombras, madre, este ejército de muertes y de
engaños.
21 de mayo: Día de la Afrocolombianidad, ¿qué es y por qué se celebra hoy?
Colombia es un país donde los colores de la piel son tan variados como las costumbres de su gente, por eso lo hace especial.
Hoy, 21 de mayo, se celebra como cada año el Día de la Afrocolombianidad para darle la posición que se merece a la raza afrocolombiana que ha brindado tantos elementos a la cultura del país.
Esta fecha rinde homenaje a esta raza y además se celebra el 168 aniversario de la abolición de la esclavitud en Colombia cuando el 21 de mayo de 1851 el gobierno de José Hilario López decretó el fin de la esclavitud.
A través de la ley 725 del año 2001, el Congreso de Colombia estableció el 21 de mayo como el Día Nacional de la Afrocolombianidad. Desde entonces diversas instituciones reúnen esfuerzos para hacer de este día una oportunidad de igualdad y reconocimiento cultural en el país.
Stefan Peters, director del Instituto Colombo-Alemán para la Paz (CAPAZ), hace un análisis sobre por qué el manejo de la crisis por el coronavirus no debe ser tratado dándole la espalda de la paz. Todo lo contrario, para él, la lucha contra el coronavirus y la lucha por la paz son dos caras de la misma moneda.
En estos días sólo existe un tema: ¡el coronavirus! Todos los días recibimos muchas noticias terribles sobre el avance del virus y demasiadas pocas luces de esperanzas. Lo que es particularmente preocupante, es que nos encontramos sólo al principio. El 2020 es un año fatídico. El coronavirus seguirá siendo el tema principal en las próximas semanas y meses. Sin embargo, en este momento corremos el riesgo de descuidar u olvidar otros temas centrales para el futuro del país.
Esto es particularmente preocupante en vista del proceso de paz. La paz en Colombia sigue siendo una planta delicada y corre el riesgo de ser arrastrada por la tormenta del coronavirus. Las consecuencias serían dramáticas: para las víctimas, para la sociedad y para las regiones más afectadas por el conflicto armado, pero también para la economía y el posicionamiento del país en el escenario político internacional. Por lo tanto, sólo puede haber un lema: el manejo de la crisis por el coronavirus no debe ser tratado dándole la espalda de la paz. Todo lo contrario, la lucha contra el coronavirus y la lucha por la paz son dos caras de la misma moneda. La consigna hoy es: ¡apoyar la vida y apoyar la paz!